Cada uno tiene su día especial
para recordarte, aunque para que vamos a ser cínicos, todos te recordamos a
diario aunque no hablemos de ello. Han comenzado los miedos enfermizos a dormir
sola por las noches en casa, volvieron las pesadillas de antaño y el abrir los
ojos a las fatídicas 5:45h de la madrugada con tu cara como ultima imagen
recordable.
Hoy hace un año que te vi por última
vez. Tan morena y tan contenta, con tus ganas de salir de fiesta y de reponerte
de tu ultimo idilio mal parado. Con aquel café pendiente que siempre apartábamos
para tomarlo en la piscina, entre los niños, en nuestra salsa.
Quizás te rías, pero tengo que
parar para tragar saliva y poder seguir escribiendo, y mientras, se me nublan
los ojillos de lagrimillas. Pero tranquila, que sabemos que no te gusta que
estemos así, y yo no voy a ser la que lo jorobe.
El otro día vi a tu hermana y a
tu cuñado, y nos reímos hablando de María, que esta “enamoradilla” de él. Como
no pudimos estar mucho tiempo juntas, hemos vuelto a quedar para darnos un
homenaje de risas y bailes, como los que nos hemos dado pocas veces tú y yo. La
noche acabo entre cervezas-copas-chupitos, cantando Mónica Naranjo a gritos y
en lo alto de una silla del Pub. Creo que los del nº (un programa nuevo que
acabo hace poco), perdieron un gran potencial al no vernos a nosotras. También
bailamos y cantamos canciones del cantajuegos y echamos partidillas de dominó.
Sí, sí, todo eso en mitad del Pub un sábado noche.
Entre toda esa risa, a veces nos
mirábamos y sabíamos que pensábamos en ti. Pero no lo hacíamos mucho, quizás
porque teníamos la sensación de que tú andabas revoloteando a por allí, y
contarte mas detalles seria absurdo, pues ya los sabrías.
¿Qué tal estas tu? ¿Cómo te va?
(Espera, que vuelvo a tragarme mi
nudo y a limpiarme la lagrimilla que me cae)
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