domingo, 16 de diciembre de 2012

No me lo pongas tan fácil


Cuánta osadía la tuya...!!!

Agachaste la cabeza para divisar tu propio ombligo y seguir incondicionalmente los aires que te revolotean; a tí, como no! Pero cometiste un error, quizás el mayor de todos, como siempre al mirarte a tí mismo olvidaste que hay mundos aparte que aun influenciados por ti y por tus decisiones, son capaces de parar en seco el movimiento que les llevaba a seguirte para gritar basta.
Marcaste tus planes a tu santo y libre albedrío haciendo oidos sordos a las únicas normas de convivencia mutua, quisiste ser el rey de un país en el que brillaba la anarquía y la buena fé. Quisiste todo el poder y tu mundo se diluyó. 

¿A quién vas a culpar esta vez? 
A sí, claro! a todos los irresponsables que no quisimos seguir tu juego.
Jugaste y juegas con fuego. 

Apretaste el botón de salida y ehcaste a correr. Tu mundo, tus decisiones, tus planes,,, y crees que una vez más estaré aquí, esperandote a que vuelvas con tus dudas atadas al cuello, con tus indecisiones de ultima hora y que baste tu sola presencia para calmar todas las aguas. 
Yo no te espero sentada, y lo cierto es que ya no sé si quiera si esperarte, porque ir, he decidido no hacerlo. Ya no me deslumbra tu bonita mirada ni me calma tu sonrisa de gañán. Ya no me apenan tus problemas ni me preocupan tus metidas de pata. Me da igual si vas solo o si te rodeas de quien te dará la espalda. 
Lo que sí sé es que he esperado muchas cosas sencillas e inapreciables que no has podido apreciar por tu constante manía de mirar por encima del hombro. Que me he quedado con las ganas de algun que otro abrazo en momentos desesperados y algun que otro zarandeo que me devolviera a mi sitio. Que he esperado las palabras que me ayudaran a verlo todo mas facil y la mano en la espalda que me empujara cuando no podía mas.

No espero perdones de rodillas ni excusas baratas, porque tampoco yo las daría ni daré. Pero no nos vams a engañar, tengo la pequeña esperanza de que vuelvas si quiera por el poco respeto que le tengas a todos nuestros recuerdos; que vengas para poder decirnos cara a cara cuántos errores hemos cometido y cuántas veces nos hemos fallado; que vengas para poder si quiera decirte que te voy a echar de menos.

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