lunes, 10 de septiembre de 2012

Rutinas





Sabía que había crecido por miles de cosas que me pasaban a diario y que no entraban dentro de los planes de una niña de colegio. quizás, no escuchar la dichosa cancioncita del anuncio de corticoles de El Corte Ingles, también era una señal de que había pasado el tiempo, aunque no los sentimientos: sigo teniéndole el mismo coraje a la canción de las narices.
Sin embargo, era día 10 y yo seguía con las mismas rutinas que cualquier niño de colegio, aunque con ciertos matices:
El día uno, cuando todos vuelven de sus vacaciones, era cuando yo comenzaba las mías… o lo que pudiera quedar de ellas. Cada niño en su casa comienza a sacar las ropas de la temporada anterior para ver cuanto ha crecido y lo que necesitara para el próximo curso… por suerte o desgracia, ese ritual para mi solo tiene que ver con la moda (qué se lleva del año pasado y qué no; cuánto puedo adquirir nuevo, y cuánto no… obviamente unas botas nuevas son necesarias para mi propio bienestar jeje).
El caso es que mientras cada niño saca su uniforme, yo hace un par de días que he puesto una lavadora con todos mis pijamas (porque sí… yo trabajo en pijama, el sueño de mas de uno) a 30º y lavados con un poco de lejía desinfectante; y los he guardado todos en mi caja de tela hasta el próximo año.
Hacia tiempo que lo de reservar los libros era algo olvidado, pues llevaba con los mismos casi tres años, y mis deberes pasaban por unos cuantos esquemas que me clarificaran los temas que solo me producían aperturas de boca, lagrimas por bostezos y dolores de cabeza monumentales (materno el que mas).
Mi camino a la biblioteca no era muy distinto al de ellos: unos auriculares con música potente para despejarme con cierta energía, un paso ligero y 20 minutos andando hasta llegar a esa sala inmensa donde al entrar, uno reza para que no haya follón. Un recreo de a penas 15 minutos para ir al servicio, beber un zumo y no mediar palabra con nadie.
Y por las tardes, las clases extraescolares, como puede ser mi medicina llamada “contemporáneo” y las lecciones y test preguntados por papá en la mesa de la cocina.
Su meta esta en junio, la mía mucho mas próxima, pero ambos tenemos la misma ilusión de pasar de curso limpios y poder disfrutar de unas pequeñas vacaciones. Ellos sentirán que han crecido porque al año siguiente cambiaran de curso, de ciclo, de colegio o incluso pueden que vayan a la universidad. Yo me sentiré mayor porque dejaré de estudiar durante 2 años y trabajaré más de un mes y medio.
Algo mas acorde a mi edad…

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