En ocasiones pensamos en nuestra
vida como si fuese la respuesta que tranquiliza a los demás. Tomamos decisiones
para complacerles, para calmar nuestros sentimientos de culpa, para buscar la
aprobación de algo o de alguien. Pero no nos damos cuenta de que la única forma
de felices a los demás es elegir lo mejor para nosotros.
Quizás lo hayan dicho muchas
veces, puede que incluso demasiadas, pero tu vida es tuya. Con tus sonrisas,
tus dolores, tus sueños, tus ilusiones, tus llantos y tus momentos felices.
Los sueños, tus ilusiones, tus
acciones… existen para poder intentar realizarlas, sin embargo, cada día nos
decimos “Sí, lo haré mañana”, pero,
¿y ahora?, ¿de qué vivimos ahora?
Y te das cuenta que lo
importante, como para todo, es no tener
prisa.
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