martes, 2 de octubre de 2012

Disnea como simple ahogamiento


No me preguntes, porque en verdad, no sabré responderte.

La simple sensación de ser pequeña por la incapacidad de tomar ninguna decisión que te parezca relativamente acertada, de vivir atrapada en la propia libertad de saber que puedes hacer lo que te venga en gana sin mas comentarios que los de la propia conciencia, aquel maldito Pepito; de ahogarte en los sueños que un dia te hicieron volar y ahoran estan ahí, siendo juzgados dia sí y día también investigando de alguna manera si es que son verdaderamente inalcanzables o es que están hechos para otros mas luchadores que tú. Me acuesto y me levanto con los mismos deja vu, y lejos de creer en mis poderes sobrenaturales me doy cuenta que se trata de lo rutinario de mi vida, que viene remontandose a los ultimos tres años. El mismo lugar, las mismas cosas que hacer, una sola meta que sale adelante por el simple empeño de prometerme conseguirlo, cuestion ya de orgullo mas que de ilusion; y la unica conclusion que le saco a esto: convertí en reto lo que era mi sueño; perdió el aura de felicidad que lo envolvía. 
Quizás con él, también me perdí yo.
Y así andamos, con lagrimas que no sé de dónde salen, ni su causa ni su cometido; con unas pilas cargadas con una finalidad concreta pero que no saben el camino a conseguirlo; con las ideas muy claras, tan claras como siempre yo las quise y las pinté pero que se me antojan mas negras que nunca. Con las dudas de si abandonar el barco, sería una batalla ganada con el tiempo, más que el empeño en seguir en esta guerrilla. Pero no puedo dejarlo. Y lo cierto es que tampoco sé qué es lo que me lo impide

La cuestión es fácil, falta algo, el ingrediente mágico que lo activa todo y hace ese coctel molotov que destruye todo a su paso para conseguir su fin al precio que sea. Pero no está y tampoco sé dónde encontrarlo.

Que triste saber que los días así llegarían, creer estar preparada para ellos, y darte cuenta que no eres invencible; que te han pillado en bragas y que no respondes ni eres dueña. 

Solo necesitabas tres cosas y bastaba que solo una de ellas fallara para caer:
Fuerza
Conocimiento
Voluntad


No me preguntes qué pasa... el silencio de estos días tenia que estallar de alguna manera. 

En el país de los tuertos el ciego el el rey, y la Reina hablará en febrero... no le quedará mas remedio que acabar lo que un dia decidió empezar. 

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