martes, 22 de mayo de 2012
Una luz en el hombro
Entre tanto, en su lucha furiosa, había una tercera persona.
Preso en la misteriosa trama del destino, la tela de araña que ni los Magos ni las Hechiceras son capaces de comprender. Alguien común; quizas tan apasionado como él por ella, también deseándo verla feliz, queriendo darle lo mejor de sí, cada uno a su manera (aunque a veces no fueran las acertadas).
Alguien común, que los misteriosos designios de la Providencia habían lanzado de repente en medio de la lucha furiosa entre ambos.
Conocían la tradición de la Luna
.... pero entre tanto destello, ¿quién podía ver la localizacion de la luz?. Era obvia, pero lo cierto es que hasta lo mas obvio, debe ser constatado.
Darte un par de abrazos y explotar... ¿por qué no dejas ya de dolerme?
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