Sabía que era una parada casi obligada, pero las obligaciones no existen cuando estas parten desde el mas puro cariño y amor.
Ahora empiezo a sentir aquel refrán que hablaba de comer huevos
(y eso que a mí aun no me toca comermelos), ahora empiezo a verte con
los mismos ojos y a recibir como imagen a la niña que siempre fuiste,
siendo sin embargo, toda una pre-adolescente igual, a veces, de insoportable que todos los que hemos pasado por esa etapa. Y lo cierto es que
no sé si me da mas rabia la etapa en sí, o que hayas dejado de ser la
niña; aquella Aía sensiblona, timida y pegada a mi pierna, que sólo le
bastaba una caricia o un rato de juego para dormirse con la mayor
sonrisa del mundo a mi lado.
Ahora
la pequeña Aía me pide canciones de "chunda chunda" y reguetton en el
coche, y a toda voz (que hasta ahí, lo medio compartimos las dos), se
pasa las horas encerrada en su habitación escuchando música y hablando
con sus amigas por mensenger, montando bullas por la ropa y apartando los
mejores modelitos para las excursiones y ocasiones especiales, suplica
poder abrirse un tuenti (bajo la negativa de los adultos y de la única
en la que ponía todas sus esperanzas: yo), y llega a casa con la carita
sonrojada y el brillo en los ojos por lo que ya empiezan a ser los
primeros flirteos.
La
pequeña Aía ha dejado atrás las muñecas y juegos de cría, para pedir
ropa y una plancha para alisar su rizado pelo, que niega a cortarse
porque "mola más largo".
¿En
qué momento has llegado a este punto? ¿Cuándo decidiste que te tocaba
subir un escaloncito mas de aquello que es tu vida? ¿Cómo has crecido, y
yo a penas me estoy dando cuenta?
Hace
poco mas de un año que me atrevía a escribirte tu vida desde mi punto
de vista, y no queria aceptar que hubieran pasado tantas cosas y que tu
hubieras crecido con ellas. Son once años, que ya van dando para muchas
cosas, incluso para que crezcas.
Siento
mucho si tus esperanzas en mí (aquella que nunca llamaste prima,
reservándome una marca de identidad para el resto de mi vida, "Teste",
y a la que siempre colocaste en un escalón diferente a cualquiera con
quien pudieras compararme, intentando nunca hacerlo), se escapan a las
que yo pueda alcanzar y corresponderte dándote el gusto, pero no sabría
como explicarte y hacerte entender que cada paso que doy y cada cosa que
hago, siempre llevan el sello de "todo mi amor y cariño" inscrito en
ellas, y que nunca dejaría que nada malo te ocurriese, aunque fuera una
simple mancha de barro en tus pantalones vaqueros cortos favoritos.
Aunque
has crecido, aun eres pequeña para que te cuente todas estas cosas a la
cara, y me resulta mas fácil darte un gran abrazo, un beso y decirte te quiero
como a pocas personas le digo, pero a lo mejor, cuando tu ocupes el
puesto que yo tengo ahora mismo (que es bastante complicado y motivador)
puedo dejarte este post abierto para que seas capaz de sacar tus
propias conclusiones.
No
me dejaste el típico papel de prima mayor a la que felicitar los dias
señalados y comer arroz los domingos en familia (es más, ni si quiera me decis prima tu hermana y tu), sino que me pusiste en
un pedestal tan alto y me rodeaste de una luz de admiración, que cada
día hacen que intente darte los aplausos y achuchones que te mereces y
engrandecerte con ellos, pero también las miradas matadoras y las
regañinas necearias para que en otra ocasion, no venga nadie a hacerlo
o ponerte en un ridículo peor. Sé que te duele, pero creeme que más me
duele a mi, aunque lo crea necesario.
Crece,
y llega muy alto pequeña, pero dejame avisarte desde ya, que para mí (y
otros cuantos) siempre seras Aía, la que tenia miedo a las moscas, a
las que bautizó como Pepas.
Felicidades gordita