jueves, 6 de febrero de 2014

Sigue la cuenta atrás...


Es parecido a la tranquilidad que se siente cuando vas siguiendo un algoritmo según unos pasos y llegas al siguiente donde tienes dos opciones: la que a todo el mundo le gusta y querría, y ese plan B que bueno, no es tan genial, pero no es tan mala opción.
Febrero ha dado comienzo a esos esperados días en los que querías hacer tantas cosas y que ahora te parecen tran estresantes como aquellos en los que una única cosa te ocupaba las 24 horas del día.
Esperar. Odio esperar de brazos cruzados. 
Pero esta vez es una espera diferente, no sé. 
No me agobia, no me ahoga. Espero lo mejor casi con un pie puesto en el plan B. Es una serenidad que vuela en esperanza y pisa en la derrota. Es muy dificil de explicar.
Lo único que creo que me salva de mi ahogo es ese plan paralelo que he pensado en mis diminutos minutos de tiempo libre y que me queda la tranquilidad de lejos de ser la opcion de la derrota, haberla expuesto y aceptado por mí misma como un rumbo paralelo hacia una misma meta, y que ellos, que a fin de cuentas son lo que mas me importaban, lo hayan entendido asi tambien.

Nunca me gustaron las esperas. Nunca me gustaron las dudas. Nunca hasta hace poco, entendí que la ignorancia a veces, sí que es la felicidad.

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