domingo, 5 de mayo de 2013

A tí, en uno de todos tus días



Se me lleno de niña el mundo mío de mi madre, que me regó con su lucha los peligros de mis miedos y floreció a cada paso: luces, sombras, amor y truenos...  
En su día, que son todos los días... bendito su riego eterno, y el lamento instintivo que siempre la llama.

Yo la quiero como una niña, como la mujer que mas ama. 

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