lunes, 21 de diciembre de 2015

Felicidades a la casualidad mas bonita que llegó a mi vida



He querido, y quiero, tus ojos y tus ojeras; amén de tu espalda dolorida y tu "quí shi yoh" cuando las neuronas te patinan y el desastre se apodera de ti.
Me encantan la forma que tienes de irte y de mirarme como si me matases antes de cerrar la puerta del coche un domingo por la noche. He bailado contigo y he llovido a tu lado y me he acostumbrado a que nunca me acostumbres del todo, por ser cada día algo distinto, pero sin ser otro. 
Cuando sonríes, me pellizco en secreto para ver si estoy en algún sueño, y al final he entendido que no hay en el mundo suficiente poesía, retorica o narrativa, llámalo como quieras, para hablar de ti. Que tu formas parte de un instante tan intenso como si apenas durase un segundo, pero que se repite constantemente. Un día de la marmota. 
Eres inexplicable, como casi todo lo que nos hace felices. 
Vas. Vienes. Te paras. Te ríes. Me pides un beso. Lloras. Tapas tu cabeza bajo las sábanas cuando duermes. Te abrazo por la espalda y te enredas con mis pies. Me coges de la mano y me aprietas fuerte, y ya no sé si lo haces porque soy pequeña y puedo perderme o para que sienta que estás ahí, protegiéndome. 
Alguna vez me dijiste que los finales felices sólo son para aquellas personas tan tristes que son incapaces de disfrutar de la historia completa, y por eso nosotros no tendremos un final feliz, sino una vida con momentos felices. Que lo importante es el camino: las vistas, el cielo, las nubes, el olor de la calle después de llover, tu espalda, tu barbilla, tus ojos marrones como las hojas secas del otoño, tus besos...
Cuando a veces estás triste. y agachas la cabeza, entonces me agacho y te digo que estoy ahí, contigo; que estoy en cualquier parte, pero a tu lado; que estamos en cualquier mierda metidos, pero juntos. Y luego levantas la mirada y al verme te brilla, y te juro y te prometo, que lo bonito de quererte, no es querer las cicatrices del otro, como tantos textos dicen, sino que la otra persona, te ayude a querer las tuyas propias. 

Llevo queriéndote casi tres años, pero en verdad, ya van cuatro cumpleaños, y sin embargo, llevaba veinticuatro esperando poder hacerlo. Que tus veintinueve sean solo los terceros de una lista centenaria que me queden por felicitarte y disfrutar a tu lado.

Siempre serás la casualidad mas bonita 
que llegó a mi vida.

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