Te digo gracias, porque en cierto modo tu me cambiaste la vida, distes giros de ciento ochenta grados a muchos aspectos desordenados de mi vida y pusiste patas arriba otros que llevaban tanto tiempo ordenados y tan bien colocados.
Pero igual que te agradezco, te pido por favor que te quedes, que no me defraudes nunca y que sigas siendo esa persona que (acertadamente o no), elegí para siempre.
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