martes, 28 de febrero de 2012

A la atención de los días malos ...


  


A pesar de escribir y borrar el mismo sueño, me había dado cuenta de que antes de sacar punta al lápiz debía haber comprado goma de borrar, porque ya no bastabann los tachones para hacer desaparecer tantas ilusiones. Aprovechar y correr la tinta con el agua salada que tu cuerpo rechaza, repasar las faltas ortográficas de lo que te rodea y romper las hojas de aquello que no te salió bien. 
Es muy dificil escribir escuchando poesía de fondo, porque ponen en tus dedos lo que no quieres decir pero en palabras bonitas; música que juega con tu inconsciente.
Parece que todo se llena de puntos y apartes, que para una, nunca dejaron de ser puntos finales.




A lo mejor era por eso que no podía llorar (comprendió clavando los ojos, totalmente secos, en el techo). Porque ¿de qué servía llorar cuando no había nadie allí para consolarla? Y lo que era peor:

... cuando una no podía consolarse a sí misma

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