Hay veces que la vida te pide un cambio, una transición... algo así como las estaciones.
Nuestra primavera no fue maravillosa, pero ahora ya ha pasado el verano, hemos atravesado un nuevo otoño y ahora de repente hace tanto frío, tanto frío, que todo se está congelando a nuestro alrededor.
Nuestra primavera no fue maravillosa, pero ahora ya ha pasado el verano, hemos atravesado un nuevo otoño y ahora de repente hace tanto frío, tanto frío, que todo se está congelando a nuestro alrededor.
Nuestra vida se ha dormido y la nieve la ha tomado por sorpresa.
Pero si nos negamos y renegamos a este frío polar, gastaremos nuestras energías en combatir algo que está aquí, y que no depende de nosotros; y nos cansaremos y nos dormiremos en la nieve, sin darnos cuenta que así, no oiremos la llegada de la nueva primavera, que no tiene por qué ser como la anterior. Puede que no sepamos hacia dónde vamos, de dónde venimos, y puede que eso de igual y nos baste con sólo un instante de paz infinita y de tranquilidad, viajando a paraísos artificiales, buscando la llave de la felicidad... pero para eso, de vez en cuando, hay que volcar la balanza al lugar mas conveniente ...
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