miércoles, 29 de febrero de 2012

Cuando te mueves a la velocidad de la vida, acabas por chocarte con los demás






A Juan, algunos le llaman tonto. 
Les produce risa su aspecto, sus ojos alargados un poco parecidos a los de los chinos, su manera pastosa de hablar, las palabras que salen con dificultad de su boca. A veces llega llorando a su casa porque alguien le ha dicho mongolo, o Down, o tonto, y su madre le consuela con voz dulce, “tú no eres tonto, hijo, tú eres bueno, cariñoso y guapo, y yo te quiero más que a todos los tesoros de este mundo”. Entonces Juan ríe, abraza con fuerza a su madre y se la come a besos mojándola de saliva.
A Juan le gusta ir chulo, con el pelo engominado a lo Rodolfo Valentino; a Juan le gusta el fútbol y su vecina Cristina; aprender y dibujar señales de tráfico, las que aparecen en el mural que su padre le trajo. Se coloca en la mesa de la habitación, saca un folio y su caja de colores y las pinta con esmero, sacando la lengua, que es lo que siempre hace cuando algo le cuesta trabajo, sobre todo cuando tiene que dibujar la que tiene un ciervo: ésa es la más difícil. Su padre le ha explicado, cuando van por la carretera del bosque, que esa señal indica precaución, que algún animal se les puede cruzar, y Juan gira la cabeza como un péndulo rebuscando entre los pinos los cuernos del ciervo.
Juan no es tonto, por mucho que algunos niños se lo digan en el patio del recreo. Entonces su seño Eva se pregunta si no serán más tontos aquéllos que le insultan. Porque Juan es listo, aprende lo que Eva le enseña y sigue a rajatabla sus consejos y los de sus padres, como lavarse las manos antes de comer: cuando termina se las mira fijamente para ver si queda alguno de esos bichitos que se llaman bacterias y sonríe contento porque no ve ni una. Tarda menos que ninguno en ponerse el cinturón cuando sube al coche gritando “¡campeón!”, porque eso también se lo han enseñado sus padres y la seño Eva, y también sabe que no hay que correr mucho con el coche, ni cruzar con el semáforo en rojo, ni montar en moto sin el casco. Por eso se molesta con Cristina, porque cuando coge la moto se deja el casco colgado en el brazo, como si fuera una pulsera gigante; pero ella le sonríe, le da un beso muy fuerte en la mejilla y a Juan le salen chispas de los ojos. Enseguida se le pasa el enfado y le dice adiós con la mano conforme Cristina se aleja radiante a todo gas, con su pelo dorado que refleja el sol.

[...] 

Fernando Martínez López





Era curioso la cantidad de veces que discutiamos en corrillo la falta de humanidad que existe a pesar de considerarnos cada vez mas tolerantes. Las nuevas generaciones venían pisando fuerte y nuestros esfuerzos por avanzar creo que eran inversamente proporcionales a los resulados que obteniamos. 
Pero para todos aquellos que no los conozcan ni los hayan tratado, son personas a las que por una vez en la historia, deberiamos dejar de estudiarlas como meros casos cientificos que aparecen en el mundo y los etiquetamos con nombres de síndromes extraños (porque llamarlos anormales suena demasiado fuerte), para empezar a tratarlos, en el sentido de vivir con ellos desde la igualdad y en vez de enseñarles a ponerse a nuestra altura, cuya diferencia entre ambas, no esta determinada de ninguna manera, empezar a aprender de ellos, que siendo unos ignorantes, tienen mucho que enseñarnos y nuestro orgullo y prepotencia, a veces no nos deja descubrirlo. 


Dia Mundial de las Enfermedades Raras

martes, 28 de febrero de 2012

A la atención de los días malos ...


  


A pesar de escribir y borrar el mismo sueño, me había dado cuenta de que antes de sacar punta al lápiz debía haber comprado goma de borrar, porque ya no bastabann los tachones para hacer desaparecer tantas ilusiones. Aprovechar y correr la tinta con el agua salada que tu cuerpo rechaza, repasar las faltas ortográficas de lo que te rodea y romper las hojas de aquello que no te salió bien. 
Es muy dificil escribir escuchando poesía de fondo, porque ponen en tus dedos lo que no quieres decir pero en palabras bonitas; música que juega con tu inconsciente.
Parece que todo se llena de puntos y apartes, que para una, nunca dejaron de ser puntos finales.




A lo mejor era por eso que no podía llorar (comprendió clavando los ojos, totalmente secos, en el techo). Porque ¿de qué servía llorar cuando no había nadie allí para consolarla? Y lo que era peor:

... cuando una no podía consolarse a sí misma

domingo, 26 de febrero de 2012

2601 en 2013




Yo sé que siempre hay salida, pero saber que todo irá mejor no quita que me sienta hecha una porquería. Pasan los días, los meses, los proyectos, los sueños... recuerdo cómo quería ser cuando era pequeña. 

Crecer es darse cuenta de que la vida no es como quisieras que fuera, que todo es mucho más complejo; responsabilidades, luchas, deberes, sonreir cuando no apetece, mentir para no hacer daño a la gente que quieres, fingir cuando perfectamente sabes que te mienten... Y se que muchas veces soy una cobarde disfrazada de valiente, siempre pendiente del qué dirá la gente, escondiendo mis miedos para parecer fuerte, buscando dormir agusto, que aunque no suene muy ambicioso créeme, es mucho. 
Llevo algunos años estudiando la vida, y he optado por centrarme en lo importante: en mi familia, mis amigos, mi pasión por el arte de la danza... y aceptaré que tengo derecho a estar de bajón de vez en cuando, porque estar de bajón es humano.
No pienso rendirme ante ningún problema, mucho menos ahora, porque confío en mí, y sé que soy capaz de vencer lo que sea. Volveré a caer millones de veces pero siempre volveré a erguirme porque me di cuenta de que quizás la clave para ser realmente libre sea reir cuando puedas y llorar cuando lo necesites, ser honesto con uno mismo, centrarse en lo importante y olvidarse del ruido, no obcecarse con los objetivos, tratar de relajarse y vivir algo más tranquilo.

Pero todo esto es mucho mejor, si a tu lado, simplemente acompañandote, estan aquellos que no ves, y nunca faltan: la familia, y los amigos.

jueves, 23 de febrero de 2012

... que no se te olvide, que creen en TÍ ...






Y la burbuja que rodeaba mi mundo, se destruyó.

La noche se congelaba y olvidaba los esfuerzos, las miradas, las palmadas en la espalda... ahora se sigue hacia delante como se puede, sabiendo que siempre habrá alguien a nuestro lado que nos hará la caída menos dura, pero que no podrá pararla, y desde abajo, todo se ve distinto. 
Es difícil y complicado. 
Quería correr, volar, tirarme en la arena, arrancarme la ropa, bailar en las olas, abrir los brazos hacia el mar, sentir el viento, sentirme libre, gritar lo que no cabe en mi garganta...


... pero esta noche las estrellas brillantes tiritan como si tuvieran frio y yo quiero acostarme en la hierba tan solo a mirar ...

Hoy no me importa que la lluvia encuentre mis mofletes sin paraguas

miércoles, 22 de febrero de 2012

Escucha:


Hay veces que la vida te pide un cambio, una transición... algo así como las estaciones.

Nuestra primavera no fue maravillosa, pero ahora ya ha pasado el verano, hemos atravesado un nuevo otoño y ahora de repente hace tanto frío, tanto frío, que todo se está congelando a nuestro alrededor.
 
Nuestra vida se ha dormido y la nieve la ha tomado por sorpresa. 
Pero si nos negamos y renegamos a este frío polar, gastaremos nuestras energías en combatir algo que está aquí, y que no depende de nosotros; y nos cansaremos y nos dormiremos en la nieve, sin darnos cuenta que así, no oiremos la llegada de la nueva primavera, que no tiene por qué ser como la anterior.

Puede que no sepamos hacia dónde vamos, de dónde venimos, y puede que eso de igual y nos baste con sólo un instante de paz infinita y de tranquilidad, viajando a paraísos artificiales, buscando la llave de la felicidad... pero para eso, de vez en cuando, hay que volcar la balanza al lugar mas conveniente ...





domingo, 19 de febrero de 2012

Gran Teatro Falla





Será maravilloso cuando a cada uno de los que comparten nuestra vida, le saquemos el guión que le hemos dado para que representen, porque de eso se trata. Aprendemos en la infancia qué papel habremos de representar, y luego buscamos haciendo un casting, a los actores que podrán participar con nosotros de nuestra vida. Así, nos convertimos en directores, guionistas y protagonistas de nuestra propia obra y antes de salir a escena, vamos repartiendo los guiones con las frases que cada uno de los actores tiene que decir, para permitirnos representar el papel que aprendimos.

Pero a pesar de que esto sea así, es maravilloso tropezar con aquellos que junto a tí, quieren compartir sus guiones y te incluyen en ellos para que formes parte de su historia. La nuestra duraba ya algunos capitulos, y este, era uno mas que apuntar en la lista. Lo que comenzaba como un simple plan por cambiar la rutina ala uqe estabamos acostumbrados, llegó a convertirse en toda una vida paralela, que sólo fui capaz de darme cuenta con tiempo y algun que otro recuerdo añadido.

Habíamos sido tantos y de tantas formas distintas, que la manera de compenetrarnos en aquellos años, ahora me parecían heróicas. No éramos muchos los supervivientes y de vez en cuando también nos tambaleábamos en ese equilibrio de ases. Sólo quedábamos tres, y éramos más que suficientes. Los disfraces y el papel que tomamos fue simple casualidad y aunque ninguno iba contento con él, había conseguido unir los gustos y diferencias de todos, pero, ¿os habeis dado cuenta?

... quizás no compartan conmigo la misma opinión, pero lo que es muy cierto, es que en mi versión teatral, ellos dos llevan siendo, desde hace mucho tiempo, los dos guardianes de mi persona, las dos patas de mi banco, los ases bajo mi manga, mis angeles y mis diablos, los que me empujan y los que me recogen, los que me ayudan y me permiten caer, y los que me regañan y aplauden. Lo cierto de todo esto, es que donde había uno, estaban los otros, y quizas, muchos años despues, y salidos de la animación a la vida real, 


... uno estaba para todos, y todos estabamos para uno ...

martes, 14 de febrero de 2012

No un día cualquiera...





Parece que el frenético ritmo laboral, personal y social,  no deja mucho tiempo para la reflexión. 

Esta hipervelocidad nos lleva a vivir por inercia, dedicando toda nuestra energía a metas externas que se oxidan con el tiempo. Y así, terminamos volviéndonos inconscientes de nosotros mismos, olvidando las cosas realmente importantes de la vida, como la paz y el equilibrio interiores, el amor hacia uno mismo y hacia los demás o algo tan esencial como la simple conciencia de sentirnos alegres y agradecidos por el hecho de estar vivos. 

Hoy lo normal es existir, pero eso no tiene nada que ver con vivir consciente y responsablemente.

No había caído en esto hasta que no llegó el 14 de Febrero de este año. Cupido no me sorprendio con ninguna de sus flechas y por una vez, he de reconocer, que se lo agradecí, incluso desde el rinconcito mas escondido de mi corazón, que cada año, espera ilusionado el dolor de esa flecita de amor. Pero no, este año no había sido así. 
Yo estaba en la cama acostada, refugiando entre las sábanas y el nórdico mis ganas frustradas de pasar una noche entera de descanso y sueños tranquilos, que hacía tanto me habían abandonado. Entre mis dormidos oídos y el despertar de mis neuronas, aquella vía extrapiramidal que tanto tiempo atrás me había sacado de mis casillas, se quedaba a la altura de una zapatilla al escuchar aquella rutinaria conversacion anual:

[...]

- Muchas gracias !! 
- [...]
- Pues nadaa, aquí en la casa, como siempre.. tu sabes, un dia mas como otro cualquiera...

[...]

Como otro cualquiera... ¿Como otro cualquiera?
Estaba en la cama, como todos los días, eso era cierto, pero no, no era un día como otro cualquiera. Era 14 de Febrero, era su cumpleaños, y gracias a muchas cosas, ella estaba hablando por teléfono con cada uno de los que se acordaban de felicitarla. Así, rapidamente, con mis ojos cerrados, dormida a simple vista, y mas energica que nunca por dentro, mi memoria a corto y largo plazo, empezaba a rebuscar entre sus recuerdos: ni comunión, ni bautizo, ni cumpleaños de María, ni el mío, ni los santos, ni la feria, ni el cumpleaños de papá ... ni una de las fechas señaladas del calendario, que tanto solíamso celebrar de forma rutinaria, habia sido marcada con rojo y asteriscos en nuestro calendario pasado. NINGUNA. Porque el destino, ya se había encargado de disponer ese tiempo, en otra cosa menos grata. ¿Cómo podías decir, tú, precisamente, que era un día como otro cualquiera?

No. Me negaba a que un dia señalado en nuestro calendario, fuera un dia como otro cualquiera. A partir de hace tiempo, cada dia era único, y aunque nosotros propondriamos y el destino dispondría, ya nos encargariamos de que las cosas fueran diferentes cada día.

No fue necesario lujos, ni grandes participantes, quizás, tanto los que estuvieron, como los que faltaron y lo vivieron por dentro, compartían ademas de la felicidad por este día y entre otras cosas, el mismo pensamiento: que no todos los días, desde hace un tiempo, son como todos los días.

Feliz 52º 14 de Febrero, Mamá

lunes, 6 de febrero de 2012

Metas y Barreras



No tenía pensamiento de hacer nada, ni encontrar nada; de hecho, no pensaba y así quería que fuera.
Celebraba que no tendría que volvera a coger un folio y aprendermelo de princpio a fin -el dicho de "como el Padre Nuestro, no lo volveré a repetir, después de proponermelo en una noche larga de estudio, y comprobar que ni siquiera eso, era capaz de saber en condiciones- por lo menos en unas cuantas semanas. El plan era muy simple: pasar con aquellos que me habían dado empujoncitos de animo, cada cual a su medida, el mayor regalo que les podía ofrecer: el tiempo que antes me habían limitado. 
En el parque con ellas, las miraba de lejos y les deseaba, entre mis recuerdos añorados y el cansancio del camino, que el suyo, en cuanto a su formación, fuera sencillo, bonito de recordar y que las rodearan aquellas personas que disfruten de hacer aquello que han querido ser. Pero este deseo se mezclaba con mi sueño de volver a aquellos años en los que hacer daño era trampa, el recreo un triunfo, un problema tarea y multiplicar un lio, aunque esto ultimo, no ha cambiado demasiado... 

Justo en ese momento, en el que egoísta de mí, pensaba que solo los "mayores" teniamos metas, sueños y barreras, me dio por alzar la vista. sentada yo en la orila de piedras que bordeaba el lago artificial, encontraba a la grande, disfrutando de sus habilidades para subir, bajar y saltar por donde quisiera, y en un rinconcito medio sentada y medio decidida, la pequeña. Sabái que mucho de su genio, era igual que en mí, una forma de esconder los miedos y llevar el papel de valiente en este teatro de vida que nos ha tocado vivir, pero en el fondo, estaba alli, metida en su burbuja, creída aislada del mundo y de todo aquel que pudiera verla, maquinando de qué manera conseguir su meta: llegar a la isla, sin caer y mojarse con el agua.

En ese momento es cuando entiendes aquello que te dicen tus "mayores" cuando te ven lo que ellos describen como "cara rara" y por arte de magia intuyen que algo no va bien y algo te pasa. Cómo le explicaba, sin herir su orgullo de auto-heroína valiente, que sóla no iba a poder, y que a veces, reconocerse perdedor y dejarse ayudar, te da mas fuerza para conseguir batallas mas grandes.

Asustada en la orilla, sólo bastó una mirada complice y tenderle los brazos, ella sabía perfectamente el resto de acciones que vendrían después. María se acercaría y se pondría en la siguiente hoja, yo en la anterior, la tomaria en brazos y la iría pasando haciendole de balancín. Esa fue la primera fase, en la segunda, fue suficiente la ayuda de su hermana, que la esperaba con lso brazos abiertos para recogerla, siempre pendiente de que no cayera. Pero ocurrió. Se escurrió y no hubo tiempo de socorrerla a tiempo para que no se mojara; pero incluso eso, hizo que se le pudiera explicar, entre el llanto de sus zapatillas mojadas, que a veces, para aprender, hay que fallar. 

A las 13:45 h, la hacía prometer, que sería la ultima vez que iría a la isla sola, y entonces, podríamos marcharnos a casa a comer.

¿Cuántas metas has tenido en tu vida? Yo no me he parado a contarlas, pero creo que la primera de ellas fue, llegar sana y salva a este mundo, y el segundo, tener muchas ilusiones a lo largo de mi vida. Ahora comprendía, que un simple examen (que me abriría la puerta al resto de mis dias de ilusión), quizás necesitaba ser fallado una vez, para tener mas fuerza a la proxima y conseguirlo.