lunes, 14 de marzo de 2016

Ahora en serio.


Te has cargado con más responsabilidad de la que deberías. Va en serio, mira a tu alrededor y respira. ¿No sientes los hombros entumecidos de tanto cargar con esa mochila de piedras? Pues ábrela y ve soltando una a una todas las que no te aporten nada. 
Y si tienes que huir, huye. Es liberador darse cuenta de que no todas las guerras son dignas de ser defendidas, y que no puedes sostener el peso de todas las causas. 
Para. Te lo pido por favor, para. 
Haz balance, dime si merecen la pena todos y cada uno de tus quebraderos de cabeza. Dime si conoces a alguien tan jodidamente perfecto como para ser tu referente en todos los aspectos de la vida. Dime quién es y cuéntame si está viviendo, porque no hay quien lo haga sin errores. Y tu debes aceptar los tuyos, cuidarlos porque son parte de ti, y después seguir afrontando el riesgo de haber nacido siendo humana. Tan humana como imperfecta, como rebelde...
Para de verdad. Pon música, sírvete un buen vino, olvídate del despertador, besa a los tuyos y sobre todo, quiérete. Por favor, disfruta un poco del recorrido, olvídate de la meta, y agradece todo lo que tienes antes de que se acabe acabes olvidando los motivos que te llevaron a iniciar el camino.

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