El fracaso es inevitable e ineludible, incluso a veces es necesario, pero nunca debería tener la última palabra.
Tienes que aferrarte a lo que realmente quieres.
No puedes aceptar un no por respuesta.
Nunca cedas, nunca te rindas.
Levántate, ponte de pie y cógelo con ganas. Sólo tu puedes.
Además, nunca sabes si ese intento podría ser último.
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