sábado, 17 de mayo de 2014

En el nombre del padre


No hay mucho que decir.
Ciertas caras se relacionan con pensamientos claros y puntuales, sin dar mas espacio al resto. 
A mas de uno, es decir a dos, les hubiera gustado ver esto, más en vivo que por foto, pero lo cierto es que cualquiera de las dos formas les habría sacado una sonrisa de haber estado aquí. O no.
Puede que si hubieran estado aquí, esto no se hubiera dado, que nunca hubiera pasado como en realidad fue.
Quizás no sea su culpa que las cosas antes fueran así y no asá, o quizás sí, el caso es que da igual. Ahora los acontecimientos tienen un aire menos cortante (aunque tampoco es seda), y el asunto pinta de otro color, (aunque tampoco sea el rosa).
En una mesa de ocho, rodeada de desconocidos, 4 personas (mínimo) sentaron en algún momento a ellos dos a comer a la mesa de sus pensamientos, de los recuerdos y los anhelos. 
Al menos a mi me alegra saber, que en cierto modo vuestra esencia sigue, y que vuestra marcha no supuso un punto y final a esa rama del árbol.

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