martes, 10 de abril de 2012
¿Que tal?
... un avión enloquecido me atraviesa la cabeza en silencio, luego otro, y despues otro más. Mi cerebro explota con savidad.
¡Cuánto me hubiera gustado tener una rabieta como cuando era pequeña! Como cuando el aburrimiento me llegaba, y yo me convertía instantaneamente en molino o trueno... en viento que ruge.
Hubiera dado cualquier cosa por despegar, a pesar del riesgo de romperme una o las dos piernas.
A lo mejor no es el dia mas apropiado para recordar aquel momento, ni cómo lo viví, pero quizás sea el mas adecuado para ponerle el bonito broche final.
E.T. ya entiendo por qué huíste en bicicleta por el cielo; yo en tu lugar habría seguido pedaleando hasta Pluton sin dar la vuelta, pero entendi que entonces podría haberme perdido este momento, en el que cae el telón negro y el sol brilla mas que nunca iluminando las sonrisas.
Me hubiera perdido los nervios escondidos de su primer día, recomendarle que entre con el pie derecho, su último empujón hacia delante, dejando atrás un pasado que sin querer, le retorna al punto de partida.
Me hubiera perdido la caída mas grande de mi vida, y todo lo que he aprendido de ella.
Ahora que todo ha acabado, ya si puedo despojarme de un peso silencioso que sin querer se ha quedado a vivir conmigo mas de la cuenta, pero eso ya no importa. Hoy era tu día.
Hoy era el siguiente de aquellos días, que abandonaste para ser mas fuerte. Quizás, mas TÚ.
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