Los padres tienen mucha paciencia a lo largo de los años. De todos los años:
- Nos explican los cuentos las veces que haga falta, porque por norma general, a mi me hacia falta muchas veces.
- Sabían diferenciar a la perfección los mueblecitos que debían sacar de la caja de juguetes, según jugáramos con Polly Pocket, Pin&Pon o Barbie.
- Enseñarnos a montar en bici fue una tarea muy difícil y dolorosa, teniendo en cuenta las horas a toda velocidad cogiéndonos del sillín para no caernos, y las grandes corridas para enseñarnos que la bicicleta paraba con frenos y no tirándonos de ella o chocando contra cualquier cosa que apareciera por medio "de repente".
- Aprenden a no reírse cuando nos corrigen los deberes, sobre todo cuando empiezas a estudiar cosas enrevesadas y difíciles en las que tienes que diferenciar que los que perteneces a las dinastías y los que están en el gobierno no son lo mismo, aunque tu le cambies los apellidos; que el ciclo del agua o la fotosíntesis siempre serán ese punto rojo que siempre pondría la Seño, por no hablar del momento en el que las letras invaden las matemáticas y aparece Lourdes Campos para corroborar que las cosas son complicadas, pero yo es que lo complico todo mas.
- Convivir con leotardos y medias es algo normal con una niña en casa, pero cuando estos se llevan en la cabeza, barita en mano al grito por el pasillo de "Princesaaaa Lunaaaa, dameeee el podeeeeer" pues llega el punto que tampoco les sorprende tanto.
- Nunca ponen en duda nuestra capacidad de conducir un triciclo con los tacones de mama y pintalabios en mano; al igual que tampoco dudan en montarse el primer día de carnet y dar una vueltecilla de 350 km, viendo los números de serie de algunos pinetes de la autovía.
- Nos han recogido de fiestas haciendo como que no se daban cuenta de lo piripi que estábamos, y también nos han abierto la puerta las veces que la llave y cerradura decidían ser polos totalmente opuestos y repelerse.
- Ni que decir tiene aquella vez que nos ayudo a dar el ultimo empujón en aquel cuatrimestral que te daba el titulo de la carrera en junio o en septiembre.
- Por supuesto, y como grandes héroes que son, nos han rescatado todo individuo que ha osado derramar alguna lagrima, resultando ser limón mas que una mandarina.
No se si mi papá lo sabe todo, todo y todo, porque no trabaja en MAPFRE, pero yo por si acaso, siempre suelo preguntarle.
Felicidades por la paciencia que tienes... menos mal que solo tienes una !
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