Vivir con la persona que amas no es lo que todos piensan que es:
No es levantarse temprano para hacer un rico desayuno. No es acurrucarse en la cama hasta que los dos se duermen ala vez tranquilamente todas las noches. No es una casa como los chorros del oro.
Vivir con la persona que quieres es discutir por tonterías, dormirte en el sofá porque estas totalmente agotado, es hacer números para cubrir necesidades y ya no caprichos. Es dormir con alguien que te quita la manta por la noche o te abre la ventana para entre fresco.
Es preguntarte si has tomado la decisión correcta frecuentemente.
Pero a pesar de todo, cada día esperas a esa persona con ansias y ganas, porque es quien te quiere y se preocupa por ti. Es reírte de aquella vez que accidentalmente hiciste salgo estúpido, imitarse mutuamente y preparar la cena mas fácil y rápida para sentarte pronto porque ambos tuvimos un día cansado. Es tener un día gris y quien te quiere se acueste en el suelo contigo, te abrace y te diga que todo ira bien y tu lo crees.
Es querer a esa persona aunque te vuelva loca.
No es perfecto y es difícil pero es lo mejor que puedes experimentar, porque si fuera fácil, no valdría la pena.
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