No sólo he sido afortunada como para estar vinculada desde tiempo inmemorial a una línea evolutiva selecta, sino que he sido también afortunada -digamos que milagrosamente- en cuanto a mis ancestros personales...
Ninguno de mis respectivos antepasados, pereció aplastado, devorado, ahogado, de hambre, atascado, ni fue herido prematuramente ni desviado de su objetivo vital:
entregar una pequeña carga de material genético
a la pareja adecuada en el momento oportuno
para perpetuar la única secuencia posible de combinaciones hereditarias,
que pudiese desembocar casual, asombrosa y demasiado brevemente
en ti.
Vamos sumando
Felices 28
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