Anoche, en uno de los ataques de estornudos interminables que no ayudan a conciliar el sueño, me dio por pensar en las necesidades que nos creamos. Esas que nos inventamos cuando tenemos mas que cubiertas las que de verdad son importantes. Llegué a la conclusión de que la salud es lo único realmente imprescindible, la nuestra y la de aquellos a los que queremos y, que mientras contemos con unos análisis en los parámetros adecuados, no tenemos derecho a quejarnos. Pero eso es la teoría.
También pensé en lo mucho que fallamos en nuestro día a día, tanto en lo profesional como en lo personal. Nos lamentamos mas de la cuenta de las pequeñas frustraciones que nos recuerdan que estamos en pleno partido, esas que en realidad nos deberían motivar para saltar al campo con mas ganas y tirar a portería las veces que queramos. Recuerda que esto no acaba hasta que suene el pitido final. Y se supone que hay tiempo...
A raíz de este rato "tan agradable" me di cuenta de las necesidades que tengo hoy por hoy...
Necesito conversaciones de ese tipo en las que arreglas el mundo y te quedas con ganas de seguir intentándolo, de esas que te recuerdan por qué es importante para ti la persona que tienes enfrente.
Necesito aprender que hay cosas que escapan de nuestro control y que el futuro es eso que vamos construyendo aquí y ahora. Sí, necesito mimar mi presente.
Necesito viajar para acortar distancias, necesito sinceridad a raudales y reírme de los imprevistos. Necesito parecerme menos a una cajeta de palomitas (tan cuadrada como dice él).
Necesito escuchar esas voces que me recuerdan quien soy, esas que hacen del teléfono el mejor invento.
Necesito un buen libro en la mesilla, necesito leer y escribir, porque lo segundo sin lo primero es imposible.
Necesito ver una sonrisa en la cara de ciertas personas y esto es puro egoísmo, ya que tienen el inmenso poder de contagiármela automáticamente, porque su felicidad es la mía.
Necesito esperanza, porque sin ella me veo incapaz de dar un solo paso y también ilusiones que estén a mi alcance, no esas que se disipan cuando te vas aproximando a ellas.
Necesito que ganen los buenos, esas personas que van de frente por la vida y que, a base de esfuerzo y hacer las cosas bien, recogen los frutos merecidos.
Necesito no perder mi capacidad de asombro, necesito no acostumbrarme y disfrutar de cada segundo.
Si.
Lo necesito.
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