Ahora que hablámos tu y yo y, dicho sea de paso, que no nos conocémos, déjame decirte que me encantaría por una vez, coger aquel libro con el título "vida", ir a la página "X" y poder leer el motivo que hace que sienta esta angustia (angustia porque son sintomas fisiológicos y no ansiedad, porque el motivo es definido. El pánico lo dejaré para dentro de unos días).
Me encantaría sentarme en el sofá de casa, pañuelo en mano, por aquello de que se me cae "la vela" y manta en lo alto para paliar este frío de huesos que resisto a cualquier precio sentada en la silla. Apretaria el boton de pasar hacia delante la película y pararía para ver el momento tan preciado que me tienes preparado para conseguir este reto, o por el contrario, el momento en el que decida desistir. Entonces comprendería si tanta lágrima, dolor de cabeza, mareos y vértigos cervicales, cafés que me destruyen la mucosa gástrica y ojeras que acabarán por hacerme del Japón mas profundo, servirían de algo y no tan sólo de experiencia. Igual hay un día en el que con tus trabas y barreras consiga ver qeu este no es mi camino y me he empecinado en él como en tantas otras de mis cabezonerías; o puede que no esté preparada del todo para hacer frente a ese reto y por eso se me alarga tanto en el tiempo. Son tantas las posibilidades... que empiezo a volverme un poco loca.
¿Sabes?, dicen que son las hormonas, que como cada mes, ellas siguen su ciclo (el suyo propio, que no el regular de cada mujer), tambien que son los agobios y el cansancio de esta recta final... pero yo empiezo a pensar que es mas la desesperanza. A una se le empiezan a acabar las culpas y los motivos externos, empieza a dejar de usar el modelo de Snyder (si todo sale bien es gracias a mí, pero si sale mal es por motivos agenos a mi persona) y decide bajarse de ese pedestal en el que nos subimos a veces y nos ayudan a mantenernos el resto, para pisar tierra firme: igual que uno es válido para ciertas cosas, otras nos superan y no están hechas para nosotros por mucho que nos empeñemos.
Todos dicen que este es mi año, que hay botellas de vino guardadas para brindar por ello, y celebraciones varias esperando juntarse con la mía para ser celebradas. Hay tantos planes girando en torno a mí y mis cinrcunstancias, que es el momento en el que me perdería del mapa con mi propio trompo.
Y es que aunque es cierto que los resultados son mejores que los anteriores, en estos casos, eso no es suficiente.
Ellos, con su ánimo de dar palmaditas de empuje hacia delante, no saben que sin querer queriendo, crean ese tipo de "responsabilidad" añadida, de" no poder fallar mas veces", porque claro, si el resto lo hace, tú no puedes/debes ser menos, y lo cierto es que aunque se quiere, se esfuerza y se pone hasta el alma en el camino, el camino nunca se acaba. No hay meta a la vista segura y los recursos y las hagllas, flaquean. Pero luego etan esos otros días en los que te levantas y decides comerte el mundo, y el mundo está hasta riquísimo. Tiene ese sabor diferente que te anima a seguir y seguir y seguir hasta que llega el momento que te pide parar. Como dice él "Estefanía in the extreming". De extremos sí. Siempre y para todo, de extremos.
Por eso, voy a pedirte solo una cosa (seas quien seas quien baraja esto, o a mi mismo subconsciente): si tiene que ser, por favor que sea ya; pero si no debe ser, que haya una clara señal para que lo deje.
Sigamos:
... trastorno maniaco depresivo o bipolar ...
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