Ese silencio pleno. Profundo.
Ese silencio que habla de sueños y fábulas, de tesoros escondidos, los mas bellos.
Quizá el amor verdadero sea un amor simple, hecho de días juntos, cada cual con sus propios deberes y aficiones.
Un amor hecho de risas y bromas mientras se regresa a casa de noche, con desayunos preparados por las mañanas, y de proyectos aun por realizars.
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