Parecía que volviera a tener 12 años y me llevaran de excursión. Como copilota no servía de mucho, mas bien era el paquete que llevaban sentado al lado y que trataban de sacarle cualquier sonrisa de cualquier manera.
El camino era igual de bonito que enrevesado. Muchas curvas en zigzag que desembocaban en una cala que a distancia parecía que guardase toda la calma que me hacía falta tener.
Sola, porque no había nadie en ella, como es lógico, en pleno mes de febrero.
Ellas se quedaron un poco atrás, sabían de mas sin preguntar que era el tiempo y el espacio que necesitaba para respirar y ser consciente de que lo estaba haciendo. Me dio una toalla que estendi en la orilla sin que se mojara ella, pero que me dejara mojar los pies, me remangué los pantalones hasta la rodilla y sentí ese frío que corta cualquier circulacion que exista en el cuerpo.Me senté y miré todo lo lejos que mi cuerpo no alcanza a llegar. Pasé por los ultimos años de mi vida, por lo que estaba viviendo y por lo que posiblemente se acercara.
Empecé a pensar en las respuestas que daría, en los caminos que escogería y en caso de fallar o equivocarme, como abordar cada caída. Me detuve en el mismo instante que vino una rafaga de viento. Parecía que viniera a decirme algo, como si quisiera llevarse con ella cada cosa que pasara por mi cabeza. Mirando a lo lejos, quien sabe donde, llegue a lo mas profundo de mis entrañas. olía un poco a humedad, supongo que de los llantos reprimidos y de tanto tiempo sin pasar por ellas. No fueron muy escandalosas, no me echaron demasiadas cosas en cara, tan solo me pidieron que las pusiera en su sitio, que las escuchara pro una vez, y que viviera "mas de lo que yo queria", que de "lo que los demas esperaban que viviese".
Era triste sentir como veinticuatro años de vida hacen que te sientas con las cargas de toda una vida, con el cansancio de lo rutinario dle dí aa día, y con las ilusiones guardadas para otro momento. Sentir que se te están pasando momentos importantes por delante, que no vas a volver a recuperar. Querer crecer pero seguir sintiendo que eres la misma niña de siempre.
Entonces cierra los ojos, cae la lágrima y una ola te moja el alma.
Sientes que cualquier dia, en cualquier momento es bueno para empezar de cero.
Y las consecuencias se antojan menos problematicas.
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