Noviembre se convirtió en un abrazo de despedida, un beso frío con sabo r ahelado de turrón, en la incomodidad del silencio al andar por casa y que tú ya no me hables... una puerta abierta por la mañana y un corazón cerrado por la noche.
Sigues aquí conmigo... porque hay personas que permanecen tatuadas en la piel...
Te quiero
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