Personas tatuadas en la piel

Noviembre se convirtió en un abrazo de despedida, un beso frío con sabo r ahelado de turrón, en la incomodidad del silencio al andar por casa y que tú ya no me hables... una puerta abierta por la mañana y un corazón cerrado por la noche. 

Sigues aquí conmigo... porque hay personas que permanecen tatuadas en la piel...

Te quiero

Panamera III

Gracias por ser como eres conmigo. 

Por tener paciencia (quizás, a veces, demasiado), por saber cuidarme y darme los mimos necesarios para alegrar mis días tontos. 

Gracias por tu sonrísa en todo momento, por volverme completamente loca de amor y por hacer que mis ojos brillen un poco más. 

Gracias por aparecer en mi vida y quedarte, con todo, incluso con la cantidad de defectos que tengo y que ahora quizás sean mucho mas notorios. 

Gracias por cada una de tus sonrísas, por todas, y por sacarme a mí muchas más. Por hacer que tu risa y la mía hagan la carcajada perfecta.

Gracias por soñar y por vivir conmigo cada sueño hasta que se cumple, porque juntos somos más pero sobre todo, mejores. 

Gracias por quererme bien, por respetarme y valorarme. 

Gracias por hacerme ver que el vaso siempre está medio lleno y que las cosas no van tan mal como creo. 

Gracias por como eres por dentro, que es mucho mas de lo que eres por fuera y eso ya es muy difícil. 

Gracias por ser tú, conmigo; 

Gracias por cada día, por ser juntos, todo.

Cuando todo se antoja poco

No se si os ha pasado alguna vez que os dais cuenta de que un "te quiero" se queda corto.

Y no lo pensais porque sí, porque es lo que se suele decir, sino porque lo sentís de verdad.

Creanme que no hay nada mas bonito que eso:

Cuando sientes que quieres de verdad tanto, que la sonrísa sale sola.

Cuando sientes que las mariposas en el estómago no son siempre por hambre y que el brillo en los ojos a veces puede tener nombre y apellidos. 

No hay nada más bonito que amar y ser correspondido, pero de verdad; amar con pasión e ilusión, donde nunca faltan las ganas de comerse el mundo, pero de la mano. Qué bonito es encontrarte a alguien por casualidad o por cosa del destino, que decide quedarse sin saber lo que vendrá. 

No hay nada mas bonito que poder decir te quiero sabiendo que es mucho más, 

porque lo cierto es que no todo se puede resumir en esas ocho letras.