Permiteme oír tu voz y perderme en tus palabras, en el sonido de tu risa y en el retumbar de tu alma.
Quererte por las mañanas, por las noches y en las madrugadas de desvelo. Concédeme ser quien te prepare café en los amaneceres fríos, quien te abrace en las tardes de estrés y quien te consuele en los crepúsculos de melancolía.
Permiteme mirarte a los ojos y mostrarte con una sonrisa lo afortunada que me haces sentir.
Permiteme quererte cuando veamos tus pelis favoritas, cuando caminemos juntos por el centro o cuando la comida se vuelva nuestro momento preferido.
Cantarte con mi horrible voz de recién levantada, bailar contigo todas las melodías de lo cotidiano y dibujar nuestras memorias en fotografías.
Permiteme tu atención para escuchar mis locuras, mis ocurrencias y mi escandalosa rosa. Haz espacio en tu mundo para conocer mis sueños y comprender mis manías, que no son pocas. Conoce mis secretos, mis debilidades y mis lagrimas, mis sonrisas y mis gestos mas sinceros.
Permiteme pertenecer y permanecer en ti, crear y construir a tu lado, caminar y volar de tu mano.
Concédeme quererte todos los días de mi vida, con perfección.