domingo, 1 de enero de 2017

Año Nuevo, ¿vida nueva?


Tengo casi 30 años y este año me propongo romper toda las servilletas que limiten mi vida. 
He buceado entre ofertas de trabajo buscando promesas rotas y comiendo las migas de pan que nadie quiere y sin embargo, hoy son mas sólidos que nunca los pilares que sustentan mi vocación. 
He aprendido que a veces, debo decepcionar a mis padres para satisfacerme a mi misma aunque me cueste faltar a mis propios principios.
También he aceptado que la desilusión forma parte del corazón de los que alguna vez amaron y que a mi también me devoran los celos de vez en cuando y sin embargo, compagino mis dos relaciones de la forma mas segura: la que tengo conmigo misma y la que comparto con mi pareja. 
Los años me han llevado a abandonar alguna de esas amistades que, en su día, considere inseparables, y a entender que la lealtad no es cuestión de tiempo sino de hechos. 
Que aunque sigo comiendo paella los domingos, los sábados me aburre el plan de cena y cine y los cambio por cena y postre. 
Puede que no haya cumplido ni la mitad de los sueños que tenia a los 8 años y quizás, incluso incumpla la única promesa que me jure y perjure al cumplir los 20, pero me gusta lo que soy y en lo que me voy convirtiendo y creo que no hay proyecto mas justo que ese. 

Ser feliz nunca sera tan fácil como cuando dejemos de planear la vida, y comencemos a vivirla. 

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