martes, 17 de enero de 2017

The Fiancée XLVIII


Hay momentos en que la vida te pone difíciles pruebas, las circunstancias parecen marcar grandes diferencias, las decepciones nos hacen personas duras, desconfiadas, nos hace crear un escudo que nos protege de todos, incluso de los que no han roto nada, juzgamos a justos por pecadores, nos llenamos de sentimientos de angustia e incluso antes de enfrentar la realidad, una realidad que podría llegar a sorprendernos, a cautivarnos y a derribar las barreras para volver a confiar.
Fuiste tu el que no se rindió, el que incluso conociendo mis defectos y mis cambios de humor, nunca se rindió, tu que luchaste con mis miedos, con mis inseguridades, que aceptaste mis errores, mi pasado, mis distintos matices y mis absurdos miedos.
A ti que no fuiste el primero en mi vida, a ti que llegaste cuando estaba vencida, cuando no creía en nada, cuando en mí no había cabida para el amor, fuiste tu quien rompió mis nuevas y absurdas reglas en esa, mi asignatura pendiente. 
Tu que no te dejaste llevas pro la primera impresión (o tal vez, ¿si?), que te diste el tiempo para conocerme mejor, para saber que en el fondo no soy una mas del montón, que tu infinita paciencia, con tu pasión y tu entrega y con todos esos besos terminaste por derrumbar mi resistencia.

¿Cómo no agradecerte, si has traído a mi vida la alegría, me has envuelto en confianza y me has hecho volver a creer en las cosas buenas de la vida?
Es un placer inmenso contar con tu compañía, sentir tu mano en la mía, tu apoyo, tu confianza, tus besos y tus caricias.
Hubiese preferido que fueras el primero y el único de mi vida, pero así es esto... primero se falla para poder reconocer al de verdad.
Creo que al final tantas palabras sobran, quiero pagarte con risas y alegrías todo lo que me has hecho sentir. 

Gracias por mostrarme que después de la oscuridad siempre viene la luz, que después de un mal momento, siempre llega algo mejor. 

Feliz cuarto

viernes, 6 de enero de 2017

Querida Yo del futuro:


Te escribo esta carta porque hace tiempo que los Reyes Magos ya no vienen de Oriente y los regalos que espero ya no pueden envolverse en papel celofán.
En este mismo instante me pregunto cómo serás, dónde estarás y cómo acabarás. 
En el presente espero tantas cosas de tí, que no se si las habrás cumplido  ya o igual las tienes todavía pendientes.
Lo que quería, bueno, queríamos decirte con esta carta, es que no cambies, que lo único distinto que haya en ti sean las marcas que el tiempo vaya dejando por tu cuerpo. Aquellas arrugas en los ojos por todo lo que has reído, y esas canas en la raiz que solucionara cualquier potingue sin amoniaco de Mercadona. 
Espero que tu alma siga siendo inquieta, siempre inventando y organizando planes improvisados que tanto nos gustan. Cualquier viaje a la vuelta de la esquina que nos enseñe el mundo que hay mas allá de la rutina.
Por favor, no dejes nunca de soñar, porque las dos sabemos que tarde o temprano los sueños se cumplen, recuerda: "lo imposible solo tarda un poco mas y todo ocurre por alguna razón". 
Para entonces espero que la persona que este a tu lado te haga tan feliz como hasta ahora eres. Ambos lo merecéis. Si por el contrario no es así, espero que hayas buscado esa felicidad en otras cosas y hayas dejado que él también lo haga, sin dramas ni vidas imposibles. Ya hemos tenido muchos. 
Ni que decir tiene que espero que sigas viendo a nuestros amigos, que tengas tiempo al menos de llamarles o intercambiar algún mensaje, y que las cenas de reunión sigan siendo ese ritual mínimo de una vez al mes. 

Pero lo que si espero de ti, es que aproveches el tiempo que se nos va. Que no se te escape. Que te vuelvas inmortal en el recuerdo de los que mejor saben quererte y que no decepciones a nadie si no es por una buena causa. Pero sobre todo, no me decepciones a mi. 

jueves, 5 de enero de 2017

Y de nuevo, llegan a su fin


Serán las luces de la calle, los abrazos a destiempo, los planes improvisados y los mejores deseos.
Serán las sobremesas eternas, los reencuentros con los que más quieres y las sonrisas sinceras.
Serán las caras de ilusión de los mas pequeños y la alegría de los mayores.
Serán las buenas intenciones.

Me niego a renegar de la Navidad.

domingo, 1 de enero de 2017

Año Nuevo, ¿vida nueva?


Tengo casi 30 años y este año me propongo romper toda las servilletas que limiten mi vida. 
He buceado entre ofertas de trabajo buscando promesas rotas y comiendo las migas de pan que nadie quiere y sin embargo, hoy son mas sólidos que nunca los pilares que sustentan mi vocación. 
He aprendido que a veces, debo decepcionar a mis padres para satisfacerme a mi misma aunque me cueste faltar a mis propios principios.
También he aceptado que la desilusión forma parte del corazón de los que alguna vez amaron y que a mi también me devoran los celos de vez en cuando y sin embargo, compagino mis dos relaciones de la forma mas segura: la que tengo conmigo misma y la que comparto con mi pareja. 
Los años me han llevado a abandonar alguna de esas amistades que, en su día, considere inseparables, y a entender que la lealtad no es cuestión de tiempo sino de hechos. 
Que aunque sigo comiendo paella los domingos, los sábados me aburre el plan de cena y cine y los cambio por cena y postre. 
Puede que no haya cumplido ni la mitad de los sueños que tenia a los 8 años y quizás, incluso incumpla la única promesa que me jure y perjure al cumplir los 20, pero me gusta lo que soy y en lo que me voy convirtiendo y creo que no hay proyecto mas justo que ese. 

Ser feliz nunca sera tan fácil como cuando dejemos de planear la vida, y comencemos a vivirla.