Mirarle era como una droga.
Nunca las he probado pero se que el efecto debe ser parecido.
Me encantaba su perfil, y sus ojos, sobre todo cuando no parecían tristes; y su sonrisa. Creía firmemente que lo mas bonito que tenía era su sonrisa.
Ahora que le conozco puedo decir que me quedaba corta.
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