domingo, 23 de agosto de 2015

Te esperaba tanto...


No quería encontrar el amor.
Pedía tener a alguien que se preocupara por mí, alguien que si se levantaba por la mañana antes que yo me mandara un mensaje de buenos días, alguien que me animara a a gastar mis quince minutos de descanso para llamarle y decirle:
- Te he echado de menos...
Son pequeños detalles solamente, un whatsapp diez minutos antes de salir de trabajar que ponga:
- Estoy aquí abajo, hoy te llevo a casa.
Alguien a quien abrazar porque sí; que se tirase en el sillón a ver una película soportando pelos en la cara, pies fríos en los gemelos y suspiros de aburrimiento u ojitos tristes a veces, para que cambie el canal si la película es de acción y/o sangrerío. Que sintiera esa mala gana de levantarse a por lo que a mi se me ha olvidado traer justo cuando él esta perfectamente acomodado.
Discutir porque yo quiero playa aunque se vaya el sol o ni si quiera este en la calle, y él a pesar de estar en plan gruñón, sea un gruñón gratificante, que disfruta solo porque me ve sonreír. 
Alguien a quien cogerle mucho mucho coraje por no haber aparecido antes.
Alguien que entienda mi historia, que haya caminado por un camino tortuoso parecido al mío, pero con sus propios matices, con los zapatos igual de gastados y los bolsillos llenos de historias; que sepa lo que es el dolor, lo que es sufrir por alguien que no te ha valorado, o luchar por algo que estuviera perdido, que diera oportunidades a quien no las mereciera...
No quiero amor y tampoco personas que crean en el amor. 
No es necesario.
Quiero un corazón que lata, unos ojos que brillen, besar unos labios que hayan sido mordidos por rabia, darle el calor de una mano cuando roza la espalda, hacer reír a la garganta que un día se quedó sin voz, ilusionar a alguien que viviera en modo "gris" y hubiera dejado de soñar. 

Lograr hacer sonreír con el cariño que le das a alguien es quizás de las cosas mas increíbles que puede hacer una persona por otra.

viernes, 21 de agosto de 2015

Uno más


Somos todos un poco raros y la vida es un poco rara también.
Por eso, cuando encontramos a esas personas con las mismas rarezas personalizadas que son compatibles con la nuestras, nos juntamos y las unimos.
Lo llamamos amistad y pasan a ser parte de nuestros seres respirables. Todos los tenemos, sin excepción. Son aquellos que si nos faltan, nos falta el aire, y nos ahogamos. 
Morir por falta de amistad es horrible. Es la asfixia del alma en algunas ocasiones. 

lunes, 17 de agosto de 2015

¿Cuántos soplas ya?



Lo importante no es cuantos años tenemos, sino cuantos de ellos hemos vivido. De las preguntas mas absurdas que nos pueden hacer en la vida, esta es una de ellas: qué edad tenemos, porque no nos da ninguna pista de a quién tenemos delante. 
Yo prefiero decir que tengo 32 miradas en el bus camino a la universidad, que me han hecho sonreír. 
He tenido 2 "te quiero" suicidas que dije sabiendo que quien tenia delante me haría pedacitos.
También tengo 27 abrazos inolvidables, 4 de ellos inolvidables, porque quienes me lo dieron, ya no están aquí. 
Tengo unos taitantos "lo siento" de los cuales solo perdoné 8.
Tengo muchas noches sin dormir por alguien que me importaba, y 20 madrugadas llorando por alguien a quien no le importaba yo. 
Tengo unos 7400 besos, pero solo me acuerdo de 9.
Tengo un verano infinito y 3 otoños demasiado fríos, solos y tristes, y 5 en el que no separo estaciones.
Tengo 4 barraqueras muy amargas gastadas en algo que merecía llorar durante años, 238 carcajadas de esas que te faltan el aire y 10 sonrisas por compromiso.
Tengo 3 deseos de infancia que se dan de hostias con las promesas que nunca cumplí. 
También tengo 3 consejos que entendí mucho después. 
Tengo 3 errores que volvería a cometer y 2 de los que me arrepiento mucho, aunque si lo pienso tampoco es tanto.
Tengo muchas cenas, pero pocas como aquella pizza deprisa y corriendo.
Tengo 43 escalofríos que me han recorrido el cuerpo entero.
10 conciertos, unas cuantas películas y no soy capaz de contar todas las canciones...
Tengo 28 tardes bebiendo tinto tirada en un césped y comiendo pipas, viendo la vida pasar con mis amigos y olvidando el ultimo examen hecho. 
Tengo el triple de tardes más, pensando en aquellos días. 
Tengo 8 adioses: con uno me sentí culpable, con otro, que había perdido la oportunidad de enmendar el anterior, con dos aprendí la cara amarga de lo que me encantaba, y en uno de ellos, nunca quise despedirme en realidad. 
Tengo 3 príncipes rana y 1 solo amor de mi vida. 
Tengo tantas cosas que decir, que nunca diré y tantas que me tendría que haber callado...

Para quien quiera saberlo, esa es mi edad.

Y no tengo ni idea de en cuántos años cabe eso. 

The Fianceé XXXI



Mirarle era como una droga. 
Nunca las he probado pero se que el efecto debe ser parecido.
Me encantaba su perfil, y sus ojos, sobre todo cuando no parecían tristes; y su sonrisa. Creía firmemente que lo mas bonito que tenía era su sonrisa.

Ahora que le conozco puedo decir que me quedaba corta.