Aún me pregunto por qué tardaste tanto en acudir a nuestra cita, y cada vez soy mas consciente de que tenías otra misión, alguien a tu cargo que necesitaba de tu ayuda como antiguamente, o bueno, como siempre, segun queramos verlo.
No he podido mantener conversaciones contigo aunque me has dado la oportunidad de salvar tantas deudas que me debía a mí misma... sinceramente creo que hemos llegado a ese punto en el que ambos sabemos lo que necesitamos sin decirnos nada y me brindas la oportunidad cuando crees conveniente.
Ha sido un verano extraño: al igual que tardamos en dar el paso y dejarnos coincidir, no hemos acudido a nuestras citas a la hora de siempre y como veníamos haciendo, aunque hemos compartido mas momentos. Quiero creer que te dejas llevar y actuas por la opinión de quien te acompaña. Ahora sois dos para poneros de acuerdo y cada cual con su tiempo para querer, poder o saber hacerlo.
¿Tú como estás?
Supongo que la compañía te hará sentir algo paracido a lo que un día era estar en casa, y espero que eso te agrade. Aunque sé que estarás disfrutando de igual manera por los últimos acontecimientos. Sí, no vamos a engañarnos, pero sé que aquel día frio de agosto, en el que normalmente no hubieras aparecido, estabas posado en aquella antena de coche desde la cual has decidido mas de una vez disfrutar de las vistas. Yo disfruté de tí ese día, ala par de disfrutar de los mas pequeños.
Sé que fuiste feliz.
Sé que con las aguas mas calmadas, también disfrutas.
Sigue cuidandote y cuidandola. Nosotros seguimos bien aquí, aunque es inevitable recordaros a menudo y con cierto toque de tristeza en días como hoy.
No hay comentarios:
Publicar un comentario