Que no se pierda la buena costumbre de sonreír en días malos, de abrazar por detrás cuando no se espera, de mirar a los ojos para decir un te quiero.
Que no se pierda la buena costumbre de mandar un buenos días o un simple cómo estás si pienses en mi... un regalazo en un día cualquiera.
Que no se pierda la costumbre de dar las gracias, pedir perdón o decir lo siento, pero solo sintiéndolo, si no, no vale.
Que no se pierda la costumbre de apartar un mechón de pelo, de acariciar la mano, de secar una lagrima cayendo o de besar en la frente... La cantidad de cosas que dicen "aquí estoy"... sin decir nada.
Que no se pierda la costumbre de decir "no" y también la de decir "¿y por qué no?", de dejarse llevar y de decir "hasta aquí".
Que no se pierda la costumbre de valer, de valerse, de valorar y valorarse.
Que no se pierdan las ganas.
Que no se pierda la costumbre de ser tu, de ser yo y de mirar por los dos.